Una palabra. Una calle. Un instante. Una astilla de luz. Un trazo inconcluso. Un recuerdo. Un borde. El presente poemario es un mapa roto de lo que alguna vez pareció entero. Cada poema se ofrece como un fragmento que captura la textura quebrada de la experiencia y que termina formando una sinfonía discontinua donde el ritmo, la sonoridad y la forma no son solo recursos, sino parte del contenido mismo.

La fragmentación, cambiante, nítida y a la vez borrosa, atraviesa estas páginas como forma de habitar y de ver. Escribir, entonces, se vuelve un gesto urgente frente al caos. Un intento por sostener, aunque sea un momento, el vértigo de lo real. 

Funcionar no es lo mismo que existir abre las grietas por donde la poesía se cuela para marcar las huellas de una vida que se resiste a ser reducida al olvido.