Los rincones de la casa sólo cobijan silencio. Las paredes exhiben un millón de sombras. La ausencia pinta las noches de nostalgia y los recuerdos no quieren correrse de la mente. Dominique está hundida en la soledad y todo la remonta a su reciente pérdida. Hasta que un día Renzo asoma a su vida, y con él un amor que echará profundas raíces. Cuando la oscuridad comience a cernirse sobre el espíritu de este hombre, la vida dará un vuelco definitivo. Cuando muera el mar nos habla del amor en todos sus estados. Cerraremos el libro pensando en la luz y en la oscuridad. Lo dejaremos sobre el estante con el asomo de una sonrisa, imaginando la redención.