¿Por qué surge la necesidad de la cancelación? La incomodidad de lo que pareciera estar mal lleva al anhelo de anularlo para que desaparezca y poder fingir que eso ya no existe entre nosotros, ya no puede volver a surgir.

Es que en una sociedad en la que se desea anular en lugar de reconocer y trabajar para que aquello ya no genere ruido siempre existirá la incomodidad. Cuando adoptamos la cancelación como respuesta a una molestia, elegimos el camino fácil, elegimos esconder bajo la alfombra la tierra que arrastramos desde otros tiempos.

Poder sentirnos incómodos es tener la oportunidad de pulir aquello que ya no queremos, que no nos representa. La comunicación mediante palabras se vuelve un privilegio entre tanto ruido. Optar por ella es una nueva manera de imponerse al actual significado que se le concede a la libertad.