Lo que nadie supo narra la historia que no se conoce de la China, la mujer del gaucho
Martín Fierro, desde que este fuera llevado a la frontera hasta que él regresa y se entera
de que ella se ha marchado.
Cuando la mujer se queda sola con sus dos hijos, conservando la esperanza de que su
hombre volverá pronto y con él, los buenos tiempos, intenta sobrevivir como puede,
pero la situación general no ayuda; es despojada de sus pocas pertenencias y cada día se
torna más difícil. Sus hijos deciden aceptar sendos ofrecimientos de trabajo y parten a
labrar su propio destino. La China, siempre conservando el sueño de volver a reunir a su
familia, comienza a deambular por las estancias cercanas a fin de ganarse la vida,
evocando aquellos años felices que disfrutara con su hombre. Ante la necesidad de
enfrentar tantos acontecimientos adversos, poco a poco, se va gestando en ella una
fortaleza de la que no se creía capaz. Así llega a Buenos Aires en uno de los peores
momentos de la ciudad, cuando estaba siendo desolada por la fiebre amarilla; pero ella
no tiene opción, ya no puede regresar a ningún lado. Así, se ve en la dura realidad de
afrontar los penosos acontecimientos que, sin saberlo, la conducirán a un destino fatal.
Lo que nadie supo narra la historia que no se conoce de la China, la mujer del gaucho
Martín Fierro, desde que este fuera llevado a la frontera hasta que él regresa y se entera
de que ella se ha marchado.
Cuando la mujer se queda sola con sus dos hijos, conservando la esperanza de que su
hombre volverá pronto y con él, los buenos tiempos, intenta sobrevivir como puede,
pero la situación general no ayuda; es despojada de sus pocas pertenencias y cada día se
torna más difícil. Sus hijos deciden aceptar sendos ofrecimientos de trabajo y parten a
labrar su propio destino. La China, siempre conservando el sueño de volver a reunir a su
familia, comienza a deambular por las estancias cercanas a fin de ganarse la vida,
evocando aquellos años felices que disfrutara con su hombre. Ante la necesidad de
enfrentar tantos acontecimientos adversos, poco a poco, se va gestando en ella una
fortaleza de la que no se creía capaz. Así llega a Buenos Aires en uno de los peores
momentos de la ciudad, cuando estaba siendo desolada por la fiebre amarilla; pero ella
no tiene opción, ya no puede regresar a ningún lado. Así, se ve en la dura realidad de
afrontar los penosos acontecimientos que, sin saberlo, la conducirán a un destino fatal.